Un refugio aislado entre dunas y manglares
La playa de Galinhos, situada a unos 160 kilómetros de Natal, es un verdadero paraíso escondido en la costa norte de Rio Grande do Norte. Aislada y accesible sólo en barco o vehículo 4×4, Galinhos encanta a los visitantes por su ambiente tranquilo, ideal para quienes buscan paz y contacto directo con la naturaleza.
Rodeado de dunas, marismas y manglares, el pueblo pesquero ofrece un paisaje impresionante. Uno de los puntos destacados es el Faro de Galinhos, que ofrece una vista panorámica de la puesta de sol sobre las aguas tranquilas y cristalinas. Los paseos en barco por las calas y riberas son experiencias imperdibles, al igual que las encantadoras calles de arena del pueblo, donde el tiempo parece pasar más despacio.